Su principal atractivo reside en la configuración urbanística y el carácter de su arquitectura popular, cuya trama origina perspectivas y rincones de mayor pintoresquismo.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es el monumento más importante. Data del siglo XVI y su aspecto exterior responde a las características propias de tipo popular. Presenta torre fachada con atrio porticado en el cuerpo inferior cobijando una portada gótica de granito. Sobre la nave se levanta un espadaña lateral de acusado plasticismo. Al interior una de las capillas ofrece cúpula con pinturas que representan a los Apóstoles y otros motivos de interés. Pieza sobresaliente resulta el Retablo Mayor obra del siglo XVI de pequeñas proporciones y severo diseño, en el que se conservan algunas de las pinturas originales, debidas a Pedro de Bañares. También es notable la Pila Bautismal, obra cerámica agallonada del siglo XVII, cubierta con brillante policromía.
Notables son sus antiguas fuentes como las de El Borbollón, El Coso, Los Barranquitos, Vázquez o La Gavia, reconocida, esta última como Fuente Medicinal según el SIGPAC.
De las cuatro ermitas con las que contaba el municipio, actualmente solo quedan dos, la ermita de San Benito, cual se ubica en el interior del Cementerio Municipal y la ermita de San Miguel, siendo esta de titularidad privada. De las ermitas de San José y San Gregorio, sita esta última en el límite territorial de las localidades de Valle de Matamoros y Valle de Santa Ana, caul da nombre al camino que une ambas localidades, solo quedan sus ruinas y sus nombres.
Lo más destacado es, sin duda, la arquitectura civil, formada por casa de grandes fachadas y diseño particular, para adaptarse a las irregularidades del terreno.